miércoles, 1 de abril de 2009

Aprendiendo...

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.

Pero desafortunadamente, solo con el tiempo...


POR JORGE LUIS BORGES

miércoles, 28 de enero de 2009

La tormenta perfecta





Llueve en canal la corriente
enseña el camino hacia el mar...

martes, 11 de noviembre de 2008

Por un mal siempre viene un bien

Llevo un tiempecillo sin escribir por aquí (mi pereza es así), y en este tiempo me han pasado bastantes cosas. Y lo que es más, he pasado por muchos estados de ánimo.
Estados de ánimo demasiado extremos (ni que tuviera un síndrome bipolar o algo similar).
Quizás he vuelto a caer, por momentos, en mi eterno defecto de pensar en exceso (y no en farma precisamente), y he acabado dándole demasiada importancia a pequeñas cosas malas.

Pero una vez más llego a la misma conclusión (sino no sería un abuelo cebolleta), la vida te trae de todo (pena que no sea como un camarero, y nunca te trae precisamente lo que le pides), pero lo que está en tu mano es decidir qué te llevas puesto y qué dejas guardado en el cajón.
Así que he vuelto a decidir llevarme puestas las cosas buenas que me trae la vida y guardar en un cajón las malas. Podría arrojar éstas últimas bien lejos, pero siempre es mejor guardarlas, para poder verlas de vez en cuando, memorizar bien su forma, y así intentar evitarlas cuando la vida quiera volver a endosárnoslas.

Por último me viene a la memoria una frase de mi abuela: Por un mal siempre viene un bien (la frase exacta sería: Por un mal sempre ven un ben).
Y es que a veces descubres que algo que arrojaste al cajón, al volver a abrirlo se ha convertido en algo maravilloso digno de llevártelo contigo.
Nunca pensé que el truncarse un plan que esperaba con tantas ganas me trajese cosas tan buenas.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Un tipo muy listo...

A uno de los compositores de la ópera más grandes de la historia, Christoph Willibald von Gluck, (1714-1787) famoso por la composición de Alceste u Orfeo y Euridice, le preguntaron un día cuáles eran las cosas que más amaba y apreciaba.

- Tres cosas: el dinero, el vino y la gloria
- ¿Cómo? ¿La gloria es lo último? ¡Estáis bromeando!
- No, no bromeo – respondió el compositor – Con el dinero puedo comprar el vino, con el vino se despierta mi inspiración, y con mi inspiración alcanzo la gloria. Ya veis que es muy razonable.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Miedo

Miedo a no saber que hacer.

Miedo a no saber que decir.

Miedo a sentirme solo.

Miedo a molestar.

Miedo a lo desconocido.

Miedo a sentirme débil.

Miedo de tener miedo.

¿Demasiado miedo en mi vida? Seguramente... Pero espero que nunca me falten las ganas de vencer mis miedos.

lunes, 13 de octubre de 2008

Stand by

Así me gustaría dejar a veces mi mente. Y es que muchos sabéis la manía que tengo de darle 114.000 vueltas a las cosas. Me como la cabeza por cualquier cosa, incluso me como la cabeza pensando en que me como la cabeza. Sé que muchos habéis tenido que tener una gran paciencia por culpa de esta manía mía (Job un aprendiz al lado de algunos).

Poco a poco he intentado controlar tanta orgía mental, pero hay veces que mi cabeza va más rápido que yo y sólo queda echar el freno de mano. Y en esos momentos me gustaría tener un botón con el que dejar mi mente en stand by (apagarla del todo me da algo de miedo) y poder tomarme un respiro.

martes, 7 de octubre de 2008

Si parpadean se lo van a perder

Tengo esto un poco abandonado, y no sé si es porque mi vagancia innata ha invadido mis ganas de escribir o es que realmente no tengo nada que contar...

Podemos decir que ya estoy instalado en el nuevo curso, más que nada porque con la lluvia y el frío se ha acabado todo lo que olía a verano.
Como todo lo que significa cambio siempre me produce miedo y desorientación (como los viejecitos con alzheimer) esta no es la época en la que estoy más centrado (si es que lo estoy en alguna), pero poco a poco intento encontrar mi lugar, aunque sé que éste va a ser un año en el que no podré evitar echar a alguien de menos en el día a día.

Espero que este curso me aporte algo de tranquilidad, después de dos años dando tumbos, pero bueno, tampoco quiero pensar demasiado en lo que espero de este nuevo curso porque siempre me pasa lo más insospechado.

Pues lo dicho, un curso que empieza, y como diría el gordo de la fórmula 1 de Telecinco (que no el gordo de clase): si parpadean se lo van a perder.