viernes, 8 de febrero de 2008

El carro de la vida

Leyendo las cicatrices
de las heridas que adornan mi vida,
que a poco que se descuida se vuelve a cortar.

Y me unto con sal y sano enseguida,
le doy al panal otra ristra de muerdos
y guardo el recuerdo para que no digan que fue un farol.

Y busco timón si voy a la deriva,
me hago terrón para no entrar en la criba.
y si en la pelea sufro desgarro me arreglo con barro.

Y subo al carro de la vida,
a seguir batallando mientras vayan quedando cartas para la partida.
Y subo al carro de la vida,
del que empujan los años y tiran los días…

(Sinkope)

Pues eso, que me subo al carro de la vida. ¿Alguien se apunta?

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